Eclipse lunar penumbral 10 de enero 2020

A los efectos metafóricos un eclipse es una luz que se apaga y se enciende con más fuerza. Al tratarse de una interrupción de energía lúmínica, la sombra hace reconocer con más fuerza los espacios oscuros. Cuando la luz vuelve a aparecer, hay una renovación del espectro energético.
Este eclipse, como toda luna llena eclipsada, es un corte de lo que vivimos en los eclipses de junio y julio en cáncer. Se empiezan a caer las murallas, sale a la luz lo oculto porque ya no se puede esconder.
Apenas pasado el eclipse, la luna entra en oposición a Marte en Sagitario, produciendo un escenario de conflictos, malos entendidos, peleas.
Cuando la luna pase a Cáncer, va a estar en oposición a Júpiter. Hay mucha energía acumulada en el eje opuesto a la luna, en Capricornio, donde se encuentra el Sol. Están allí también Plutón, Saturno y Mercurio. Hay cinco planetas en un mismo punto, oponiéndose al eje energético de la Luna sobre el campo magnético de la Tierra y sobre el nuestro propio, ya que estamos en consonancia con él.
El eclipse es como una caja de Pandora que se abre para ángeles y demonios, confrontando nuestras emociones y proyectando eso en las relaciones.
El temor a perder la seguridad, a no ser amados o correspondidos, a la enfermedad, a la muerte propia o de seres queridos. Todos esos temas salen a la luz para que podamos verlos claramente con el objetivo de sanarlos.
La energía es tensa y es necesario crear espacios vitales que nos ayuden a ir más allá de esos miedos o inseguridades. Hay cosas, personas, hechos, situaciones que tenemos que dejar atrás, soltar, superar. Eso va a suceder y Saturno en Capricornio se resiste, pero es necesario para evolucionar hacia un estado de honestidad interna.
Sucederá una cadena de experiencias que nos permitirán ir en este camino de aprendizajes hacia nuevas formas de relación con nosotros, con los demás y con el ambiente que nos rodea.
Son momentos críticos, no sólo por el eclipse, sino por todo lo que está en conjunción en su opuesto y cuyas energías se están haciendo sentir con fuerza en la Tierra. En estos tiempos de finales en muchos sentidos, la manera más fluida de transcurrir es subirse a la ola del cambio, transformar nuestra conciencia para tener una nueva visión de los problemas que tenemos que solucionar.
A nivel físico es aconsejable una depuración, una desintoxicación, una limpieza, liberación de hábitos nocivos, fortalecimiento de estructuras saludables. A nivel emocional la limpieza tiene que ver con nuestras emociones tóxicas, conectarnos más con la intuición y los sentimientos, trabajar la paciencia y la aceptación. A nivel material hay que ejercitar el desapego, ser más flexibles con nuestra forma de obtener y gastar los recursos. Y a nivel ambiental, conectarnos con las necesidades de los demás y del ecosistema, tomar acciones concretas en virtud de cuidar el espacio vital compartido.