Conjunción Júpiter-Plutón



Escribo esta entrada sobre la marcha de este proceso. Busqué la hora planetaria para sentarme a pensar qué está pasando porque, aunque no tengamos plena conciencia, el cambio está sucediendo. 

Una conjunción es un encuentro de energías, un lapso en el que se condensan aspectos de diferente naturaleza energética. En este caso, el encuentro forma parte de la TCC (Triple Conjunción en Capricornio) que nos ha tenido todo este año sobre las cuerdas flojas de una realidad que tambalea constantemente. No hace falta que busque metáforas para esto porque todos lo hemos sentido. Claro que el espacio Capricornio de nuestra carta astral es el más resentido, y también el espacio Cáncer, por oposición. 

El cambio de ejes nodales que operó en mayo y que nos acompañará hasta noviembre de 2021, nos viene a dar su segundo match de eclipses entre el 30 de noviembre y el 14 de diciembre. Sin embargo, los movimientos de Plutón-Saturno y Júpiter en Capricornio han tenido, además de su potencia propia, las tensiones que Marte ha estado provocando desde Aries. 

En este momento asistimos al final de los finales. La fuerza plutoniana es el fondo abismal de los adentros, los cimientos, el sótano oscuro de todas las cosas, el vacío intersticial de las células, los organismos unicelulares, el espacio invisible en donde todo se hace realidad en el plano de la materia. Plutón actúa bajo la superficie, bien adentro, bien oscuro. De manera que no podemos saber, sólo tratar de entender, lo que está haciendo en Capricornio desde 2008. Plutón está limando los cimientos de las instituciones, lentamente, microscópicamente. Pero ahora, ya como broche de oro a esta TCC, Júpiter llega por tercera y última vez en este año y eso no volverá a suceder hasta el 15 de diciembre de 2269 (dentro de 249 años) en el espacio de Capricornio. 

La mitología nos narra que cuando Júpiter destronó a Saturno, de una patada le hizo vomitar a todos los hijos que se había devorado con el objetivo de impedir que le quitaran el trono. El primero en ser devorado fue Plutón y por eso es el que más tiempo ha permanecido en esa oscuridad saturnina, en lo más profundo de los procesos digestivos, en el último espacio de procesamiento energético de la materia. 

El encuentro entre Júpiter y Plutón saca a la luz esa información desde abajo y desde adentro. Pero no lo hace mediante una crisis (eso es territorio de Saturno), Júpiter es expansión con toda la fuerza impulsiva. Entonces, lo que sea que haya que sacar afuera, lo que sea que necesite luz, lo que sea que se encuentre estancado o sin digerir en el espacio Capricornio de la experiencia, ahí llega la patada jupiteriana. 



Hemos tenido tres momentos en el año para saber de qué se trata este impulso en nuestra vida: el 23 de marzo, el 30 de junio y finalmente hoy, 12 de noviembre. Este es el global integrador. Lo que no hemos soltado, cambiado, transformado, entendido y aceptado... Ya no tendremos tiempo de hacerlo en ese tránsito digestivo lento al que nos acostumbra Plutón. Ahora Júpiter llega a expandir y hacer lo que hay que hacer, aunque duela salir de ese espacio en el que, aún rodeados de mierdas, nos sentimos protegidos. 

A nivel social es como el golpe de gracia para los eclipses y el envión para procesos que venían con fuerza hasta marzo de 2020. Ya no queda casi nada para que concluya esta obra protagonizada por los gigantes astrales. El sábado 14/11 tenemos la luna nueva que vamos a eclipsar el 30/11 (nosotros, sí, la Tierra y todo campo magnético en el interior va a quedar en el medio entre las radiaciones solares y las lunares) y esa misma luna eclipsada va a eclipsarnos el Sol el 14/12 (casi como si fuera una venganza cósmica por el descaro de ensombrecerla en su majestuosidad), una semana antes de que Júpiter y Saturno trasladen su escenario de disputa tronal a Acuario. 

Estamos en la cima del tobogán, en la cúspide de un ciclo evolutivo enorme a nivel de conciencia y que seguirá renovándose con los golpes plutonianos en las bases hasta 2024. Ahora toca largarse. Lo que viene después de ahí es otra historia cuyo comienzo con éxito depende de cómo hayamos transformado nuestras bases estructurales para dar paso a los nuevos modos de pensamiento colectivo y de acción social. 

Sobre los eclipses les escribo en unos días y sobre el paso de los gigantes a Acuario, la semana próxima. 

Ajusten cinturones, se viene el destronamiento de Saturno (el maestro oscuro de la crisis) con una gran patada jupiteriana que saque a la luz la podredumbre de las estructuras capricornianas y el inicio de un proceso de reconstrucción sobre nuevas bases. Y esto vale tanto para tu mente, como para tu familia, tu trabajo, tu pareja, tu salud, tu identidad, tus recursos, amistades y conocimientos. Punto y aparte para la crisis, la atravesás o te quedás atrás. 

Estamos ON TIME.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Astrología como método de autoconocimiento

2020 y la conjunción Saturno-Plutón

Eclipse anular de Sol en Cáncer y solsticio de invierno