2020 año marcial (1º parte del año)

La necesidad de medir el tiempo es ancentral. El hombre siempre ha buscado la manera de organizar sus actividades en función del paso del tiempo. Siempre pienso cómo habrán vivido los primeros habitantes de este planeta la primera noche de todas. No había conciencia sobre las horas, sólo la observación de un cielo que oscurecía, una noche que debe haber durado mucho para quienes no sabían que volvería a amanecer.
Ese fue el primer descubrimiento sobre el paso del tiempo: los días y las noches. Luego apareció la luna con sus diferentes fases. Desde los principios de la humanidad, los seres entendieron que en la observación del cielo podían encontrar sabiduría sobre lo que vendría.
Un poco por intuición y otro poco por ensayo y error fueron aprendiendo que los ciclos de siembra y cosecha, los climas, los vientos y las aguas se movían conforme a los ciclos del cielo. Así fueron contando los días y las noches entre cada lunación y cuantas lunaciones habría entre un clima y otro.
Aparecieron los primeros calendarios, que eran lunares. Tan exactos son que los calendarios que siguieron no desestimaron esos ciclos.
El calendario romano se estableció a efectos administrativos, para unificar en todo el imperio los diversos calendarios lunares. Luego el calendario juliano, impuesto por Julio César, lo perfeccionó, y más tarde el Papa Gregorio XIII, impuso en todo el mundo católico el calendario con el que hoy nos regimos y que llamamos gregoriano. Muchos países recién adoptaron el calendario gregoriano a mediados del S XX, que tiene con el juliano pequeñas diferencias relacionadas con la diferencia de horas y días que determinan la existencia de un día más cada cuatro años.
De manera que las cero horas del 31 de diciembre es sólo un momento en el que celebramos la entrada de un nuevo año por acuerdo social y cultural, no es exacto.
A los efectos astrológicos, el nuevo año empezó con la luna nueva del 26 de diciembre, en el signo de capricornio, y que este año coincidió con un eclipse anular de Sol. En cuanto a los finales, los ciclos del año 2019 se cerrarán en la luna llena en cáncer que se dará el 10 de enero de 2020. Entre estos dos momentos se dará una luna creciente en el signo de Aries el 3 de enero de 2020, signo ascendente del eclipse del 26 de diciembre. Por lo cuál el 2020 estará marcado por el arquetipo ariano.
Si nos vamos a 2019, la luna nueva de capricornio se dio el 5 de enero, coincidiendo también con un eclipse que se dio con ascendente en Leo, y la luna llena bajo el arquetipo capricorniano sucedió el 21 de enero, también con eclipse de ascendente en escorpio, cuyo ascendente también marcó la luna creciente del 14 de enero. Por eso el arquetipo escorpiano ha marcado el año 2019.
Escorpio representa un arquetipo oscuro, es una sombra entre las sombras, regido por Plutón y Marte. Por eso es que desde lo profundo se ha gestado todo lo que hemos visto emerger, salir a la luz y manifestarse en la experiencia, a partir de la segunda parte del año, cuando Júpiter salió se su retrogradación en Sagitario. Sobre esto retomaré en entradas siguientes, cuando explique la conjunción plena entre Plutón y Saturno en Capricornio que se dará el 12 de enero de 2020.
Venimos de un año arquetípicamente escorpiano y entramos a uno que será regido por el arquetipo ariano, por lo cuál los tránsitos de Marte van a marcar el camino. El ariano es un arquetipo guerrero, belicoso, con una impulsividad que se manifiesta desde la fuerza y la lucha, escenarios que empezarán a manifestarse en marzo, cuando el sol llegue a ese signo en el momento del equinoccio y se perfeccionarán cuando se encuentre con el arquetipo de un Saturno que habrá dejado de aleccionar a los carpicornianos para entrar en el liberador arquetipo acuariano el 30 de marzo.
El encuentro entre Marte y Saturno en Acuario, con el sol en Aries será el comienzo de cambios revolucionarios en los espacios que estén influenciados por la acción de Saturno, Marte y el Sol: Acuario, Aries, Tauro, Leo y Escorpio. Estos arquetipos van a comunicarse estableciendo diversas relaciones y afectando las áreas acuario, aries y escorpio de la carta natal.

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