FINAL DE MARZO Y PRINCIPIO DEL AÑO ASTRAL

Me he tomado un tiempo de reserva en escribir porque había anticipado que el final de marzo iba a ser uno de los momentos más tensos de 2020 y todo lo que había para decir ameritaba una entrada aparte.
Más allá de que conjuntamente esta situación astral no vivida anteriormente por nadie que se encuentre vivo sobre este planeta, voy a tratar de hacer siempre incapié en que se trata de energías a las que podemos usar para nuestro beneficio o conocerlas para transitarlas con mayor cuidado.
Sobre la pandemia diré que se trata de una mala canalización energética producida por un desajuste en nuestros campos áuricos recpetores y proyectores de energía.
En una entrada anterior les expliqué como funcionaba la interacción energética, por favor, léanla si no lo han hecho: https://soylobesia.blogspot.com/2020/01/la-astrologia-humanista-y-la.html. Y una más: https://soylobesia.blogspot.com/2020/01/acuario-y-la-luna-nueva.html
En la entrada sobre la luna nueva del 24 de enero en Acuario les comentaba lo que aquel primer novilunio de 2020 nos estaba ya anunciando: cambios inesperados, propios de este arquetipo rebelde y social.
¿Por qué era tan importante esta lunación del 24 de enero en Acuario? Porque era la primera luna nueva de la década, posterior al último eclipse de los ejes nodales actuales, que van a cambiar en mayo. Para entender de qué se tratan los ejes nodales, ver: https://soylobesia.blogspot.com/2019/12/la-luna-sus-nodos-y-los-eclipses.html
El cambio de nodos es una de las cuestiones por las cuales no hice un pronóstico anual, pues cuando en un año hay cambio nodal (sucede cada 18 meses), las energías cambian.
Pero vuelvo a la luna nueva en Acuario. Este año el arquetipo acuariano es protagonista porque nos abre la antesala de un 2021 en el que Júpiter llegará a expandir toda su libertaria estrucutra, pero con un detalle: se econtrará ahí con Saturno poniendo reglas, nuevas reglas.
Por otro lado, hay otro planeta que es, también, protagonista de este 2020, se trata de Marte, lo anuncié en otra entrada, diciendo que los tránsitos del Guerrero iban a marcar los pulsos astrales de este año: https://soylobesia.blogspot.com/2019/12/2020-ano-marcial.html
Los hago volver sobre entradas anteriores y no les copio los extractos porque no hay extracto posible, los textos completos dicen claramente lo que los astrólogos venimos anunciando hace tiempo: grandes cambios se avecinan y todas (repito: TODAS) las estructuras se caerán.
Tan bravo era lo que veíamos en las cartas astrales que muchos de nosotros compartimos nuestras interpretaciones al respecto y fuimos concordando en lo mismo: no es un año más para nadie y será un año que quedará en la historia de la humanidad. Ya no recuerdo en cuál de todas mis entradas lo escribí, pero está por ahí.
Antes de ir a los últimos días de marzo veamos dónde estábamos: cuádruple conjunción Plutón-Saturno-Jùpiter-Marte, en Capricornio. Capricornio, el arquetipo de la tierra, de lo tangible, de las estructuras, de las instituciones mundanas, de lo que nos rige desde el orden y el deber, la organización social y las leyes. Plutón entró ahí en 2008, Saturno en 2017, Júpiter se unió en diciembre de 2019 y Marte entró a ese cóctel de megaenergía astral el 17 de febrero de 2020. Si a lo dicho sobre el arquetipo de Capricornio le sumo el arquetipo plutoniano (el inframundo), el arquetipo saturnino (el maestro oscuro, dios de tiempo), el arquetipo Jupeteriano (dios de dioses que crea, recrea y expande) y el arquetipo marciano (guerra, orden marcial, autoritarismo), a mí que soy también un poco poeta, me salen estos versos:

"La prudencia descenderá al infierno y habrá guerra en los adentros, 

entre nosotros, en nuestros reflejos,

 entre el filo de la espada y el abismo del infierno,

 ha llegado el fin de un tiempo que será también un nuevo comienzo".

El día del equinoccio de marzo es considerado por los astrólogos el inicio del año astral. Ese mismo día, además del Sol entrando al signo de Aries (regido por Marte), Saturno ingresa a Acuario.
Aries, arquetipo de fuego, de quemar naves, de lo implacable. Acuario, arquetipo de aire, de la libertad, de las redes, de la comunicación social, de las revoluciones colectivas.
¿Qué pasa con Saturno en Acuario? (22 de marzo):  El maestro oscuro, dueño del tiempo, ha llegado a un espacio de libertad colectiva a poner introspección y análisis.
¿Qué pasa con Marte conjunción Júpiter en Capricornio? (23 de marzo): La expansión será marcial, nuevo orden, nuevas estructuras, nuevas reglas.
¿Qué pasa con Marte conjunción Plutón en Capricornio? (24 de marzo): El adentro quema, arde, es un infierno interior que cala hasta lo más profundo del ser, que llega desde el inconciente más oscuro, que muestra lo que estaba guardado bajo siete llaves. ¿Hasta cuando? Por lo pronto hasta el 27 de abril cuando Plutón empiece a retrogradar.
Y el postre:
¿Qué pasa con Marte conjunción Saturno en Acuario? (31 de marzo): es la reunión de dos energías contrarias. Marte y Saturno tienen mala fama por separado, imaginen juntos. Es una energía tan poderosa como amenazante. Si vieron el Señor de los Anillos, la siguiente imagen puede ilustrar perfectamente esta conjunción:

El orden, las nuevas estructuras, el aprendizaje y la introspección saturnina (oscura y silenciosa) no serán aceptados, y vendrán las imposiciones colectivas implacables. ¿Hasta cuando? En principio la conjunción dura los primeros diez días de abril. Marte sigue su curso en Acuario imponiendo el orden sobre la libertad hasta el 13 de mayo. Saturno sigue con su sombría enseñanza puertas adentro hasta el grado 8º  de Acuario y luego retrograda de nuevo a Capricornio, en donde se instala nuevamente el 1 de julio. El ingreso definitivo de Saturno en Acuario sucederá en diciembre, cuando también Júpiter avance hacia ese espacio arquetípico. En esos primeros días de julio se dará otro encontronazo: Júpiter conjunción Plutón en Capricornio, hasta donde va a llegar nuevamente Saturno.
Para ese entonces, sigo hablando de principios de julio, ya el eje nodal estará en Géminis-Sagitario y algunas cosas pueden ser más fluídas, otras no tanto, pero será motivo de próximas entradas porque lo que se viene dará para mucho análisis.
Es un duro panorama. Los que vemos el cielo lo sabíamos y anunciábamos que había que prepararse de una manera interna para lo que se avecinaba. No podíamos y no podemos, bajo este contexto de psicosis, exacerbarla. Por eso somos cautos. Nos preguntábamos cómo es que podría suceder semejante caos en un mundo que parecía estructurado hasta un extremo imposible de modificar: EL SISTEMA (Capricornio) ESTABA POR ENCIMA DE TODO. Bien, aparecía una guerra como escenario posible en el marco de una anunciada mortandad de líderes, de un colapso de los sistemas financieros, catástrofes ambientales y nuevas enfermedades (esto se venía viendo desde que Urano entró en Tauro en 2018 y en donde se quedará hasta 2025), de una incapacidad colectiva de ver la realidad tangible, una nebulosa social (debido a la presencia de Neptuno en Piscis desde 2012 y hasta 2026).
Estas son las energías con las que nos estamos manejando. ¿Son los planetas culpables de esto? NO. Las energías planetarias afectan a los humanos y a todos los seres vivos en el planeta (incluso bacterias y virus). Nosotros tenemos la capacidad de conocerlo e interpretarlo para nuestro bien y provecho o cuidarnos de eso extremando los cuidados ante lo que puede suceder.
¿Qué pasó acá, entonces? La mayoría de los seres humanos no estaban preparándose energéticamente para esto y peor aún, estaban alterando su campo magnético personal con emociones disruptivas que lo disminuyeron. Los campos magnéticos de cada ser humano se modificaron (o no) con lo inesperado. Ante campos magnéticos disminuidos por emociones provocadas por hechos externos, somos permeables, mucho más permeables de lo habitual, a las energías cósmicas. Y cada uno de nosotros es un microcosmos, estos choques energéticos se están produciendo a nivel interno con tremenda fuerza porque "Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera".
¿Qué hacer? Primero que nada: no resistir porque la crisis existe y los cambios vendrán, no hay manera de eludirse. Estos planetas que están interactuando son grandes, son lentos, son fuertes. Hay que fluir con la energía, como cuando uno se lanza con la ola desde la cresta. Es posible surfearla, es posible montarse sobre su fuerza; pero si vamos al choque nos va a derribar.
¿En qué aspecto de nuestra vida se notará más esto? En donde tengamos a Capricornio y Acuario en nuestra carta natal, en donde tengamos a Marte en nuestra carta natal y en donde tengamos a Saturno en nuestra carta natal. Pueden hacerse una carta astral gratuita en montones de sitios. Lo importante de una carta natal no es el dibujo sino la interpretación y trato de enseñarles a hacerlo. Debe quedar claro que a todos nos va a tocar en algún punto. La carta astral es un círculo. Lo que puedo asegurarles es que donde sea que tengan estos arquetipos y energías, las cosas se caen y habrá que empezar de cero.
En este escenario astral no se vislumbran más ganadores que aquellos que pueden encender su interior y darle fuerza a la pulsión de vida. Hay muchos y habrá más. Nada ni nadie volverá a ser quien y como era, y ojalá que eso sea bueno, depende de cada uno. Alimentemos el alma y no la sombra, como los lobos que se lamen las heridas en soledad, en el interior de la cueva, para luego salir de nuevo, renacidos.

El origen de la vida es un ritmo energético entre el orden y el caos.